lunes, 22 de noviembre de 2010

Jacinto Gutiérrez (1º parte)

Hay varias personas que fuman y que discuten sobre un paro. El de allá es Jacinto Gutiérrez.

Apenas hemos llegado a la comisaría donde han detenido a Jacinto Gutiérrez y ya estamos viendo cómo un señor que se llama Manuel Malvés le pregunta el nombre de sus compañeros, nosotros los conocemos, recién hemos mencionado la reunión dónde decidieron convocar al paro, si dijéramos que no los conocemos, usted, lector, nos daría por locos o que simplemente no queremos colaborar con la información que poseemos y como Jacinto Gutiérrez permanece callado yo digo que es él el que no quiere colaborar ni con usted ni con el señor Manuel Malvés de quien, nosotros, como corresponde, ya hemos informado el nombre y como si fuera poco el apellido para que usted, lector, sepa que no es nuestra intención ni ofenderlo ni negarle datos que usted sabrá para qué le serán útiles. Si en este momento no mencionamos los nombres de los organizadores del paro no es culpa nuestra, es que Jacinto Gutiérrez, el tornero, está pensando en el mayor de sus hijos, que aunque tenga cuatro, él solo piensa en el mayor y así se lo digo yo que no quiero tener problemas ni con usted ni tampoco con Jacinto Gutiérrez aunque, creo, el que va a tener problema va a ser él, porque eso es lo que le dice Manuel Malvés, pero Jacinto Gutiérrez sigue pensando en el mayor de sus hijos y usted puede decir que cuál es el problema, que puede pensar en el hijo y decir el nombre de los compañeros, que una cosa se hace con la boca y la otra con la cabeza o con lo que sea pero no con la boca, pero Jacinto Gutiérrez no lo ve de esa manera, porque cuando piensa en su hijo mayor, en realidad, está pensando en lo que su hijo pensará de él cuando no esté, es decir, cuando se muera y usted lector, a pesar de los circunloquios, sabe que eso sucederá pronto. Jacinto Gutiérrez se imagina a su hijo diciendo mi padre se calló, no entregó a sus compañeros, y Jacinto Gutiérrez piensa que de esa manera entrará en la historia, no en la que está en los libros sino en la historia que su hijo contará a los que serán sus nietos, y sus nietos continuarán el relato y hablarán de Jacinto Gutiérrez, el tornero, el organizador de paros, el que les hizo frente. Por eso, ahora, Jacinto Gutiérrez le hace frente a Manuel Malvés y permanece callado que es una linda forma de hacer frente y nosotros, señor lector, simplemente no podemos ofrecerle esa información por la culpa de este tornero que se llama Jacinto Gutiérrez que se pretende héroe para que su hijo mayor hable con orgullo de su padre que quizás no herede de él otra cosa, que convengamos, señor lector, no es poco. Pero Manuel Malvés no quiere historias ni orgullos paternos, solo quiere los nombres de los compañeros y pienso yo que si Jacinto Gutiérrez le dijera algunos nombres, con eso ya Manuel Malvés se daría satisfecho y nosotros también y podríamos continuar el relato pero no hay caso, aquí estamos detenidos, pero eso será por poco tiempo porque Manuel Malvés lo amenaza con la leonera, o sea, le dice “mirá que vas a ir a la leonera” y Jacinto Gutiérrez sabe qué es la leonera pero no dice nada, fíjese que este hombre también sabe los nombres de sus compañeros pero se niega a hablar, así no hay relato que se pueda contar y yo hago solamente lo que puedo, pero señor lector no desespere que pronto sabremos lo que es la leonera porque esos tres tipos están llevándose a Jacinto Gutiérrez que se agarra del marco de la puerta para hacerles el trabajo más... (continúa)

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