miércoles, 26 de enero de 2011

El señor Malvés y la señora de Jacinto Gutiérrez

Alguien ha golpeado la puerta del señor Manuel Malvés y le ha dicho que acaba de llegar la señora de Jacinto Gutiérrez y el señor Manuel Malvés le ha respondido que la haga pasar. Obviamente, el señor Manuel Malvés se ha dirigido a su empleado con los buenos modales que lo caracterizan, por eso no sólo le dice “hágala pasar” sino que le dice “hágala pasar, por favor” y, dicho y hecho, acá estamos viendo al empleado de la comisaría acompañando a la señora de Jacinto Gutiérrez y es el señor Malvés quien, como corresponde, le hace un gesto al empleado y le dice “puede retirarse, por favor” y el empleado que también tiene sus modales, aunque no tan sutiles como los del señor Malvés le dice “por supuesto, señor”, y es así como han quedado solos la señora de Jacinto Gutiérrez y el señor Malvés, ella porque ha venido a retirar el cadáver de su marido y él porque quiere comentarle los últimos detalles que han surgido en la rigurosa investigación que se está siguiendo desde el primer minuto de ayer, cuando el señor Manuel Malvés se enteró de los lamentables sucesos de los que la señora ya ha recibido algunas noticias, aunque no tan serias y precisas como las que le puede proporcionar el servicio policial y menos, un servicio policial como el que tiene a cargo el señor Manuel Malvés, tan meticuloso en el trato con sus subordinados, tan romántico en el trato con su mujer y tan riguroso a la hora de llevar adelante una investigación que ya ha dado algunos resultados, a raíz de los cuales se han realizado una serie de procedimientos precautorios con la única finalidad de llegar hasta la últimas consecuencias y determinar todo tipo de responsabilidades que estuvieran relacionadas con algún acto ilícito, si es que lo hubo.
El señor Malvés, como sabemos, por más que mantenga una confianza ciega en el informe realizado por el estricto doctor Pirovano, ha decidido completar el peritaje con un nuevo estudio en el que han surgido algunas sospechas y como en esta institución lo más importante es eliminar toda sospecha ya ha puesto bajo custodia a tres integrantes de su fuerza para que se tomen las diligencias necesarias, porque de ninguna manera se ha de permitir que el accionar de tres individuos empañen la tarea de seguridad cotidiana con la que la institución se ha ganado un lugar de relevancia dentro de la sociedad. Y ahora el señor Malvés, como director de la institución, debe dar la cara y decirle a la señora de Jacinto Gutiérrez que su marido fue detenido a raíz de los conflictos suscitados por el paro que están llevando adelante los obreros de la fábrica donde trabajaba y que su detención se hizo a los efectos de determinar cuál era su acción dentro del conflicto y, sobre todo, de aportar datos de otros implicados, que como todos sabemos, un paro no es algo que organiza una sola persona, sino que hacen falta varios, y que si el servicio policial conoce a uno de los agitadores, en este caso a Jacinto Gutiérrez, que, con su debido respeto, señora, agitador era, no le queda otra que preguntarle quiénes son los restantes, o dicho en otros términos quiénes son sus compañeros, para tomar las medidas necesarias y que la sociedad vuelva al orden que debe imperar, porque esa es la tarea de la institución. Pero el señor Malvés debe agregar que no sabe cuándo, ni cómo, ni por qué razones Jacinto Gutiérrez se murió y dice “se murió” porque él desconoce el motivo de su muerte, si lo supiera diría “se suicidó” o “lo mataron” o “tuvo un accidente” pero dice “se murió” porque no lo sabe y con esas palabras puede englobar cualquiera de las posibilidades antes mencionadas y para eso ordenó la investigación minuciosa que le está explicando pero que si la señora tiene algún dato para comentarle, por ejemplo si tenían algún problema de pareja o de familia eso bien puede aportar a la investigación y que no se guarde nada porque si sabe algún nombre de algún compañero que pudiera estar implicado también serviría mucho a la causa, que uno nunca sabe por qué puede morir una persona y hay cuestiones de traiciones que uno ni puede imaginarse entre gente que un día organiza un paro y al otro ya está mirándose con ganas y al tercero ya se la dieron, pero esa es sólo una posibilidad porque no podemos negar que Jacinto Gutiérrez estaba detenido dentro de una celda con todas las garantías que le corresponden a cualquier detenido según consta en la misma Constitución nacional y es por eso que el caso es bastante dificultoso y todavía más dificultoso porque una de las empleadas de limpieza, por exceso de eficacia laboral, lavó la celda del detenido y no ha quedado ni una mancha que pueda aportarnos algún dato, que mayores datos no tenemos pero, quizás, usted tenga alguno porque nosotros quisimos entregarle el cuerpo de su marido a usted y no a esos agitadores, ni tampoco a su hijo mayor que un poco también es agitador, porque esa gente quiere el cuerpo para incriminar al servicio policial y como si fuera poco a los señores patrones que en esto no han tenido nada que ver, que aquí no entra, ni entrará ninguno de los señores patrones por más crímenes que hayan cometido o puedan cometer, así que si aquí no estuvieron, cómo puede ser que estén implicados, los que sí están implicados son esos tres individuos cuyos nombres por cuestiones sumariales no es posible decir, pero que pudieron estar presentes en el momento de los hechos aunque eso mucho no dice porque si Jacinto Gutiérrez se suicidó como señalaba la primera hipótesis, da lo mismo que estén o que no estén, porque uno se suicida solito y no anda buscando público para cometer su objetivo que cada uno hace lo que quiere con su vida después de todo, pero como este asunto pasó a mayores, es decir, anda todo el mundo cuestionando la tarea policial, y cuando digo todo el mundo, me refiero a los compañeros de Jacinto Gutiérrez y a varios pajaritos que, no sé cómo, andan meta decir que a Jacinto Gutiérrez lo mataron. Pero esas son puras habladurías porque el servicio policial no se ha pronunciado al respecto y no se pronunciará mientras siga el clima de insubordinación acarreado por el paro que se ha iniciado en el día de ayer, pues la presión que se ejerce sobre la institución perjudica cualquier tarea investigativa que se quiera realizar y ante esa situación es preferible dilatar los tiempos, que el agua apaga el fuego y al ardor los años y quiero ver en cuánto tiempo la gente va a seguir hablando de Jacinto Gutiérrez, que hoy señora usted tendrá su cadáver pero la vida sigue y usted es joven, quién sabe cuántos pretendientes pueden andar por ahí, pero si usted, quizás, tuvo algún pretendiente en este tiempo, perdone que se lo diga, pero no se descarta ninguna posibilidad, esa bien puede ser una razón que abone la primera hipótesis que ha surgido del estudio del estricto doctor Pirovano y nosotros acá charlando y perdiendo el tiempo pero con eso no digo nada porque como ya le dije acá no se descarta ninguna posibilidad para que después no se ande diciendo que el servicio policial esto, que el servicio policial lo otro. Ahora bien, señora, tal vez usted no haya tenido algo raro con alguien raro, pero quizás su marido sí, que yo no fío ni desconfío pero a cualquiera le puede suceder y si usted sabe algo de alguna señorita que quizás haya hecho algo con su marido, que a sus años todavía estaba firme, dígalo que la investigación espera y este tipo de cosas siempre terminan mal, que cuando el cuerno no es uno, la cuerna es la otra y en esos casos puede haber un marido con ganas de buscar rajársela para defender lo que no supo cuidar, pero diga, señora, abone las hipótesis que estamos a su disposición y acá vamos a seguir todas las líneas investigativas, que si no fuera así, no habríamos encerrados a los tres policías que le digo aunque no tengamos prácticamente ninguna evidencia contra ellos porque más que nada estamos matando el tiempo y perdone lo de “matando” pero, como ya le dije, acá no abandonamos ninguna hipótesis ni siquiera que a Jacinto Gutiérrez lo hayan asesinado, que por más involucrado que estuviera en el paro, que de eso no hay dudas, nadie debió matarlo ni con ganas ni por accidente porque está en la Constitución nacional
El señor Malvés le ha comentado a la señora de Jacinto Gutiérrez los últimos avances de la investigación. En ningún momento se ha mostrado irrespetuoso y ha mantenido un tono recto pero afable, acorde al cargo que tiene y a la tarea que lleva adelante. También ha invitado a la señora de Jacinto Gutiérrez a que realice los aportes que le parezcan beneficiosos para el caso. Sólo quiere insistir en un dato que le parece muy importante: “Señora, antes de retirarse, podría decirnos los nombres de los compañeros de su marido” y agrega: “por favor”.
La señora de Jacinto Gutiérrez piensa en su marido muerto, piensa en sus hijos y responde: “No le digo ni mierda”. La señora de Jacinto Gutiérrez no tiene los modales del señor Manuel Malvés. (Final capítulo IX)

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