jueves, 2 de diciembre de 2010

La Tota (2ª parte)

“Somos pobres” dice la Tota. Y yo no sé por qué la Tota sale con este tipo de comentarios si ella tendría que estar limpiando calladita y, en todo caso, pensando en el vestido que se va a comprar, que eso también se hace de manera callada, y creo que hace ese comentario porque la Tota no quiere limpiar la mancha de sangre, ante todo, porque ella no quiere estar de parte del señor Manuel Malvés ni mucho menos de los señores para los que el señor Manuel Malvés trabaja y que si ella limpia la mancha de sangre también lo va a estar matando a Jacinto Gutiérez porque aquí no ha quedado nada de él, salvo esta mancha de sangre que además tiene agua, polvillo y ahora, también, varias lágrimas de la Tota y dice “somos pobres” porque ella también es pobre, es decir, dice “somos” refiriéndose a ella y a Jacinto Gutiérrez, porque ni el señor Manuel Malvés ni el estricto doctor Pirovano son pobres y los tres tipos que torturaron a Jacinto Gutiérrez quizás lo sean, pero ella no se refiere a ellos y tanto Jacinto Gutiérrez como ella sí son pobres y ahora además están la sangre de él y las lágrimas de ella mezclándose, fusionándose, aglutinándose, diciéndose ellas también: “somos pobres y nos estamos uniendo” y eso a la Tota la deprime porque ella sabe que encima de ser delgada en demasía, tanto que parece el palo de escoba que tiene en sus manos, también la quieren usar para tapar el asesinato que se ha cometido, aunque según las palabras del estricto doctor Pirovano se haya tratado de un lamentable suicidio. Pero la Tota también dice “somos pobres” porque ella es pobre y quiere comprarse un vestido nuevo porque la han invitado al baile del fin de semana y si no limpia la mancha de sangre y de agua y de polvo y de lágrimas no le darán el dinero que necesita para comprarse el vestido, entonces ese “somos pobres” no incluye a Jacinto Gutiérrez sino a ella y a su familia y, en todo caso, al muchacho narigón que la ha invitado, que si no fuera pobre, no la habría invitado al baile o le habría regalado él un vestido nuevo, que él también sacaría provecho en mostrar a la Tota con un poco más de pecho. Y si bien yo no sé a quién se refiere la Tota cuando dice “somos pobres”, estoy justificado porque ella está pensando a quién incluye con el “somos” y es por eso que llora, porque si ella tuviera dinero, primero, no trabajaría limpiando casas o comisarías y, en segundo lugar, tendría muchos vestidos que le aumentarían el pecho los suficientes como para que no le digan palo de escoba y eso la pondría feliz porque no tendría que limpiar la mancha de sangre de Jacinto Gutiérrez, que él era tan pobre como ella también y ella no quiere estar de parte del señor Manuel Malvés ni mucho menos de los señores para los que el señor Manuel Malvés trabaja y es por eso que la Tota dice “somos pobres”.
La Tota llora en la oscuridad mientras estruja el trapo en el balde y, despacito, lo pasa por la mancha de sangre con un poquito de detergente. Verde, verde será el vestido.
De fondo, apenas perceptible, escucho el canto de un canario. (Final del 3º capítulo)

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