miércoles, 16 de febrero de 2011

El funeral - Los árboles (1º parte)

Hay una brisa suave. La mejor brisa que puede haber en un funeral. Son los árboles que quieren despedirse de Jacinto Gutiérrez porque ellos saben cómo ha muerto. Los pajaritos se lo han contado y los árboles son muy solidarios con alguien que no dice los nombres de sus compañeros, tal vez porque ellos mueren de la misma manera, el leñador los empieza a talar y ellos duritos, sufriendo en silencio, sin decir nada, hasta que finalmente caen y ahí se puede escuchar el ruido seco del tronco que se quiebra. Solo eso, un ruido de dolor, los árboles cuando mueren no dicen “olmo” o “jacarandá” o “paraíso” o “eucalipto”, ni dicen “árbol de allá” o “árbol verde” o “árbol amarillo”. Los árboles mueren en silencio protegiendo a sus compañeros árboles para que el leñador no acabe con el bosque. “Este hombre murió como nosotros”, dicen los árboles. Es por eso que están tristes y la brisa es fresquita mientras esperan que llegue la marcha a la plaza con el féretro de Jacinto Gutiérrez. (1º parte - Capítulo 10)